viernes, 11 de marzo de 2011

MUJERES DE COLOMBIA



Hace unos días, mientras conducía de camino a casa por la pista rural, contemplando el paisaje de mi comarca que me parece el más maravilloso del mundo y mientras mentalmente daba gracias al Universo por ser tan privilegiada al estar rodeada de tanta maravilla, también escuchaba de fondo la radio. Me trastocó de pronto las entrañas, la voz rota, rasgada, de una mujer de Colombia que relataba el padecimiento de las personas que sufren desplazamientos en su propia tierra, a causa de conflictos amados, abusos de explotación del territorio, persecución de ideas políticas, entre otros.

Aunque el tema es harto conocido, no me parece que se hable de él con frecuencia y ni mucho menos desde la visión de buscar soluciones. Ahí queda como algo más que sucede en este esquizofrénico mundo y ya está.

Pero la voz de esa mujer aanónima, se me ha clavado en las entrañas y en el alma y pienso en ella, y en todas las demás, y en los niños y niñas, y en la gente anciana...

Colombia vive un conflicto armado desde hace más de cincuenta años. Primero entre el campesinado dividido por la dirigencia de los partidos Liberal y Conservador; entre el Estado y la guerrilla y desde los años 90, el narcotráfico ha permeado a todos los actores armados y ha contribuido a mantener el paramilitarismo. Entre unos y otros, han desplazado de su territorio y cultura a cerca de 4 millones de personas. Las más abusadas, las mujeres; sus cuerpos han sido convertidos en campos de batalla.

Las mujeres desplazadas entran más fácilmente al mercado informal. No tienen un mínimo de ingresos permanente y están con el cuidado de sus niños, niñas e incluso de los abuelos y abuelas de la familia. Al no tener ingresos necesarios, acuden al "rebusque" y lo que encuentran son labores domésticas mal remuneradas, sin garantía de seguridad social; y muchas de ellas, sacrifican a una de las niñas, que termina dedicándose a la prostitución para salvar al resto de la familia.

¿Qué pasa dentro de ti cuando te sientes desplazada?

"Yo me siento terriblemente...impotente, incapaz, víctima. Todo lo que tú has creído, se te va al carajo porque nada existe. No existe lo que piensas, lo que construiste, no existe el país del que te hablan con un estado social de derecho, un país democrático que defiende tus derechos...Es estrellarse contra un muro violentamente, es una carrera apresurada que te dice que la realidad no es esa, que la historia es distinta."

Una mujer desplazada siente una amarga soledad, inicia un duelo que no sabe si terminará algún día, sufre de insomnio, se adentra en una depresión, puede caer en el alcoholismo.

Al cuerpo de las mujeres lo convierten en campo de batalla, un objeto para eliminar al contrincante o enemigo en la guerra, porque ellas son población civil o dentro del conflicto armado han tenido algún contacto directo o indirecto con un grupo determinado ya sea guerrilla, paramilitar o ejército; y en esa medida son víctimas del conflicto, y son sometidas al reclutamiento forzado para ejercer labores domésticas y prostitución.

Mujeres que sufren secuestro, violación, detención y exilio. Sucede continuamente sin que los casos sean denunciados.

Castilla del Pino, humanista, expresó una vez: "Tardíamente descubrí por qué nadie quería hablar de la guerra: porque había muchos niveles distintos de complicidad en las fechorías. El que mata, el que denuncia para que maten, el que manda matar, el que tolera, el que sabe pero calla...Todos estaban implicados y era mejor no hablar. Si ves una fechoría y decides callar, en cuanto se habla de ello te sientes culpable...Cuando no puedes hablar de todo lo que debes hablar, estás enfermo: eso crea un tapón que te bloquea muchas otras cosas. Y eso fue lo que pasó en la sociedad en general. Se optó por el "no pasa nada", por el "nunca pasa nada". Eso era muy característico del franquismo"

VIDEO: La ciudad de las mujeres. Colombia

http://video.google.com/videoplay?docid=6698029071854650123#

LIBRO: Nos matan y no es noticia.

R. Ferrer Espinosa/N.J: Restrepo Arango

Editan Cambalache y Soldepaz Pachakuti (2010)

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