En el siglo XXI se ha dado una nueva vuelta de tuerca: los chanchullos, disfrazados con calificaciones de triple A y matamáticas de fantasía, han llegado a ser legales. Ahora todo el sistema se basa en la ilusión, y se han buscado y encontrado individuos más tontos en lugares cada vez más exóticos. Nosotros irresponsables Ponzis, las élites empresariales y mediáticas, los gobiernos indecisos y con banqueros infiltrados, los burócratas internacionales de máximo nivel que constituyen la casta de Davos, todos se han unido para sumergir al mundo en la bañera. Casi alcanzamos a oír al pobre planeta dar boqueadas y barbotar mientras intenta emerger, como un preso sometido a la conocida tortura. Esta especie de ahogamiento dista de ser el primero de la época neoliberal; hubo muchos ensayos generales, pero no llegaron a hacer la trastada de matar al prisionero y causar una devastación total, en todo el mundo.
Inflingimos al planeta un daño tan grave, que éste ya no puede aceptar pasivamente el abuso. Y por ello está reaccionando, haciendo que la mera posibilidad de la existencia humana sea más frágil y problemática. También está intensificándose la fuerza de los feedbacks positivos. Cada una de las enfermedades examinadas empeora las otras de una manera con frecuencia imposible de predecir o medir hasta que ya es demasiado tarde; todas refuerzan los muros de la cárcel.
Todos los activistas están intentando conseguir un mundo más justo y vivir de manera honorable en las circunstancias de su época y su lugar, producto ciertamente del azar. Todas las actividades realizadas, en toda clase de sitios, están fusionándose y formando un movimiento genuino que ahora llamamos Altermundista o Movimiento por la Justicia Global. Representa un gran número de iniciativas aparentemente aisladas, pero con el tiempo pueden formar una masa crítica. Actúan e inspiran a otros para que actúen por su cuenta. Puede ser el crucial grano de arena que haga que el sistema se reajuste conforme a su patrón a la vez más seguro, más verde, más justo, más humano y más civilizado. Y nosotros todos, también.
Extracto de conclusiones de Susan George, en su libro Sus crisis, nuestras soluciones.
Presidenta de honor de ATTAC
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